Historia
En una ciudad dominada por el fútbol, y a escasos metros del Benito Villamarín, el hockey sobre patines sigue latiendo tras más de medio siglo de vida.
Todo comenzó con la llegada de un hombre, un sacerdote hasta un colegio sevillano: el Padre Gabriel Miguélez. Sacerdote y profesor en el colegio Claret de Barcelona, fue destinado al Colegio Antonio Mª Claret de Sevilla, y con su llegada trajo consigo un nuevo deporte para la ciudad: el Hockey sobre patines, que aunque ya por aquel entonces gozaba de una gran popularidad en Cataluña, así como en Galicia, aún no había llegado a la capital andaluza. Fue así cómo fundó el Club Patín Claret en 1956.
Con su carisma y su capacidad para sacar adelante el equipo, pidió apoyo a las instituciones de la ciudad como el Ayuntamiento o la Diputación, animando a los alumnos a conocer y disfrutar esta modalidad y acompañándolos en las competiciones que se hacían por todo el país.
La Real Federación Española de Patinaje concedió la insignia de oro de la RFEP al ‘Padre Miguélez’, auténtico impulsor del hockey sobre patines en Sevilla. Con el sacerdote claretiano Gabriel Miguélez Combarro, tras introducir este deporte en el colegio heliopolitano, el Patín Claret alcanzaría la máxima categoría en España con el padre Julio Izquierdo como director del colegio.
Desde 1960, el cura Miguélez formó parte de la comunidad educativa del Colegio Claret de Sevilla, donde desarrolló su labor hasta 1982. Fue en el deporte, del que fue responsable en dicho colegio con profesores como Jesús Sáez, don Galiano, don Cordón o Santiago Romero, donde con el hockey sobre ruedas alcanzó notables éxitos, tras los comienzos, en 1956 con patines como los APA o Sancheski de correas en el patio del colegio blanco, a la pista polideportiva y posterior pabellón cubierto y la llegada de patines de bota Skater y los sticks Lezco.
Con Miguélez consiguieron el Campeonato de España infantil, campeonatos de primera y segunda división o el ascenso a División de Honor, categoría en la que militó con intermitencias seis temporadas. Costeados a base de rifas, en la década de los 70 y principios de los 80 le hicieron frente a los colosos catalanes como el Voltregá, Noia, Igualada, Reus o Barcelona. No en vano, obtuvo un quinto puesto en la temporada 76-77. En esa campaña estuvieron cerca de tocar la gloria con las manos en la Copa, al alcanzar las semifinales de este torneo. En la máxima categoría de este deporte, la OK Liga, se mantuvieron los sevillanos hasta la campaña 83 en la que el equipo renunció a seguir por problemas económicos. Hasta la temporada 89-90 el equipo compitió en Primera y desde la 91-92 lo hizo en Primera División B, categoría creada a instancias del club hispalense-.